Para el concurso dividieron su humilde campo de fútbol en 6000 porciones numeradas que podían ser adquiridas por diez euros por todo aquel que quisiera participar y que confiara en que la vaca, llamada Rubia, elegirá su terrenal para cubrir sus necesidades fisiológicas, y así de paso ayudar al modesto club.En la rifa se sorteaban entre otros premios, un Seat León Sportline, un fin de semana en el Pazo de San Damián, un televisor Sharp LCD, un viaje a Canarias y una motocicleta Kymco Vitality. El afortunado o afortunada en obtener el premio estrella fue la parcela 4279. En la página web del curioso concurso podemos consultar todos los agraciados.
Pero esta iniciativa no es nueva. José Ángel Cid, presidente del club, había escuchado dos años y pico antes una anécdota de su amiga Olga, que ganó un coche en un sorteo parecido en Suiza. El gallego pensó que el curioso método suizo bien podría emplearse en su campo de fútbol; lo que no sabía es que, lo que comenzó como una anécdota, acabaría siendo nombrado en numerosos medios de comunicación, y todo lo que ello suponía.
La jornada se convirtió en una fiesta en la que se sirvió, antes del sorteo, pulpo y carne "ao caldeiro" mientras que, suponemos, todos los participantes se deseaban mucha mierda.
Entradas externas:
Noticia de El País
Blog Flipaencolores
Blog Ollomolnet
Publicado por Víctor Izquierdo.
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